Creemos que:
La Biblia es la Palabra inspirada por Dios, por tanto, es la
Palabra de Dios en sí misma, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento,
excluyendo los libros apócrifos. La Palabra de Dios es infalible, y es
regla suficiente de fe y práctica – Sola Scriptura.
(1 Timoteo 3: 16; 2 Pedro 1: 19-21)
Dios es uno, revelado en Tres Personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
(Deut. 6: 4; Mateo 28: 19; 2 Corintios 13: 14; Isaías 6: 3; Mateo 12: 32; Mateo 3: 16, 17)
Cristología:
Jesucristo es Dios manifestado en carne, el cual es verdadero
Dios y verdadero hombre, teniendo por tanto las dos naturalezas, la
Divina y la humana. (Hechos 4: 12; Juan 1: 1; Ro. 9: 5; Apocalipsis
1: 17, 18; Tito 2: 13; Filipenses 2: 5-8; 1 Timoteo 2: 5, 6; Colosenses
2: 9)
Jesucristo nació de una virgen, María, la cual concibió por el Espíritu Santo.
(Isaías 7: 14; Mateo 1: 20)
Jesucristo, por el amor del Padre a la humanidad y por Su
mandamiento, murió voluntariamente en una cruz, fue sepultado, y
resucitó al tercer día conforme a las Escrituras.
(Juan 3: 16; Filipenses 2: 8; 1 Corintios 15: 3, 4)
Soteriología:
Por ese acto de obediencia al Padre, los pecados de los que
creen y reciben a Cristo son perdonados al llevarlos Cristo sobre Él
mismo en la cruz. (1 Corintios 15: 3; Colosenses 1: 20; 2: 14; Efesios
2: 8, 9; Juan 1: 12)
Jesucristo es el único camino provisto por Dios para la
salvación del hombre, ya que El es el único Nombre bajo el cielo, dado a
los hombres, en que podemos ser salvos.
(Hechos 4: 12; Juan 14: 6)
El hombre es pecador por naturaleza, muerto en sus delitos y pecados, y está destituido de la gloria de Dios.
(Romanos 3: 10; 3: 23; Efesios 2: 1).
El hombre sólo puede ser justificado de forma gratuita por la
gracia de Dios, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
(Romanos 3: 24)
La salvación, por tanto, es un don o regalo de Dios al hombre.
No se puede obtener por piedad, obra, ni mérito alguno personales. La
salvación es un acto de la gracia de Dios que se recibe por la fe, y se
recibe al momento, por tanto, sin que implique ningún desarrollo o
proceso paulatino.
(Efesios 2: 8, 9; Romanos 6: 23; 1 Pedro 3: 18; Romanos 5: 1; Colosenses 3: 2, 3; Romanos 8: 1; 8: 16; Juan 3: 3)
El recibo de la salvación, implica el ser justificados y constituidos hijos de Dios, y esto, por adopción.
(Juan 1; 12; 1 Juan 3: 2; Romanos 8: 15, 16; 5: 19)
La manifestación visible y tangible de esa gloriosa salvación acontecerá cuando le veamos a Él cara a cara.
(1 Juan 3: 2; Colosenses 3: 4)
Como resultado de haber recibido por la fe a Jesucristo como Salvador y Señor, es preciso ser bautizado.
(Marcos 16: 16; Hechos 2: 41; 8: 36; 19: 5)
Eclesiología:
El Cabeza de la Iglesia es su Fundador y Fundamento: El Señor Jesucristo.
(Mateo 16: 18; Colosenses 1: 18; Efesios 1: 22; 1 Corintios 3: 11)
La Iglesia de Jesucristo no es una organización sino un
organismo, por tanto, compuesta por diferentes miembros, cuales son
todas y cada una de las personas que han recibido verdaderamente la
salvación.
(Hechos 2; 47; Romanos 12: 5; 1 Corintios 6: 15; 12: 12)
La Iglesia de Jesucristo se compone de congregaciones,
llamadas también iglesias, por doquier, todas ellas guiadas por el
Espíritu Santo, su real cobertura.
(Hechos 9: 31; 14: 23; 16: 5; Apocalipsis 2, 3)
Cada miembro del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, deberá
cumplir con los requisitos que la Palabra de Cristo enseña: participar
en la asamblea o congregación de Cristo en la adoración a Dios, en la
oración, en la ministración de los dones del Espíritu, en la enseñanza,
etc. etc. conforme al llamamiento y don de Dios para su vida.
(Romanos 12: 4; 1 Pedro 2: 9, 10; 1 Corintios 14: 26)
Cada miembro del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, deberá
cumplir en la medida del llamamiento de Cristo en su vida, el ir y
predicar el Evangelio, y hacer discípulos en Su Nombre, ministrando
bajo la dirección, autoridad y poder del Espíritu Santo, lo que
llamamos la Gran Comisión.
(Mateo 28: 19, 20; Marcos 16: 15-18)
Cada miembro del Cuerpo de Cristo, pertenece al real
sacerdocio de Cristo, por tanto, no existe una clase sacerdotal por
encima de la del creyente, excepto la del mismo Jesucristo.
(1 Pedro 2: 9, 10; Apocalipsis 1: 6; Hebreos 4: 14)
Las dos ordenanzas de Cristo a Su Iglesia son: el Bautismo y la Cena del Señor.
(Marcos 16: 16; 1 Corintios 11: 23-34)
Los creyentes deben llevar vidas de santidad, manifestando un
patrón de vida que de gloria a Jesucristo y honor a la Iglesia, la cual
es Su Cuerpo.
(Filipenses 4: 8; Colosenses 3: 2, 5ss)
Escatología:
Los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros,
los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos para
recibir al Señor en el aire.
(1 Tesalonicenses 4: 17; 1 Corintios 15: 51-53)
Así como se fue, Jesucristo volverá a esta tierra, esta vez en
gloria, para juzgar a las naciones, echar al lago que arde con fuego y
azufre a la Bestia Anticristo y al Falso Profeta, atar al diablo y a
sus huestes por mil años en el abismo, e instaurar el Reino Mesiánico
desde Israel por mil años.
(Mateo 25: 31ss; Apocalipsis 19:11ss; 20: 1-4; Daniel 2: 44, 45)
Al finalizar los mil años – el Milenio – el diablo será
soltado por un poco, para después ser echado al lago que arde con
azufre ya para siempre, donde será atormentado por la eternidad.
(Apocalipsis 20: 7-10)
Se levantará el Juicio ante el gran trono blanco, y el que se
sienta en él juzgará a todos los hombres, excepto a los miembros de la
Iglesia, la cual ya hará tiempo que habrá sido glorificada. El que no
se halle inscrito en el libro de la vida, será también lanzado al lago
de fuego.
(Apocalipsis 19: 7; 20: 11ss; Daniel 12: 2)
Después del Milenio, Dios ha creado un cielo nuevo y una
tierra nueva, los cuales serán habitados por los que le amen,
eternamente y para siempre.
(Isaías 65: 17; Apocalipsis 21: 1ss)